lunes, 25 de febrero de 2008

La provocación


El día de ayer (24 de febrero) nos manifestamos en contra de la privatización (y los eufemismos con que la clase política en el ejecutivo y buena parte de los otros poderes públicos y privados; económicos y religiosos) del petróleo. Al mismo tiempo fuimos testigos de dos actos que abonan al árbol privatizador o, dicho de otra forma, le hacen el caldo gordo a EXXON, SHELL, REPSOL y demás etcéteras. Nos referimos a las agresiones que sufrió el senador Carlos Navarrete y los abucheos que recibió Javier González Garza.
¿Es acaso este un espacio para defender a dichos legisladores?, no.
¿Acaso estamos de acuerdo con sus posturas sobre lo que es la acción política y lo que piensan debe ser la izquierda moderna equiparádola a nada mas barnizadas luchas y reivindicaciones de izquierdas de países de primer mundo (como si no existieran países "desarrollados" como Francia en donde los paros obreros y campesinos -si dejar de recordar el gran 68- paralizan la nación)?
La lucha en defensa del petróleo va mas allá del agravio político que sufrió la nación con el fraude en las elecciones del 2006. Es por eso que, independientemente de las hipótesis que tengamos sobre la probidad moral (o no) de éstos legisladores, no debemos de caer en provocaciones. En la defensa del petróleo como patrimonio público, como propiedad de los mexicanos, no debe de haber margen para errores (o provocaciones) como éstos en los que unos cuántos gritos y sombrerazos engordan los argumentos vanales que desvían el tema de fondo: Intereses poderosos que no se tientan el corazón para mandar e imponer gobernantes, quieren quedarse con la tajada (e incluso con todo el pastel) de la mayor riqueza y casi nuestra última oportunidad de ser viables tecnológica, energética, financiera y económicamente como país.
Estén pendientes de las próximas colaboraciones porque abordaremos ahora sí temas específicos sobre el petróleo en particular y sobre la industria energética en general. Esto es para que podamos dar el debate que se avecina y para que al mismo tiempo estemos mas convencidos del por qué de ésta lucha que no es dogmática y pueril. En este sentido, actos de provocación como los de ayer hacen que se regodeen aquellos "columnistas y pensadores" de lo políticamente correcto, que ahora tendrán tema para llenar sus columnas de adjetivos como "fanáticos", "maniqueos", "violentos", etc. para referirse en general a la causa que defendemos y englobar en una misma categoría de primitivismo político a las razones profundas, científicas y técnicas que egrimimos y que ellos al mismo tiempo callan o no dejan expresarse en los medios en donde escriben e incluso dirigen editorialmente.
Esta lucha por el petróleo requiere en estos momentos de la mayor concentración. Requiere que mostremos inteligencia.
Recordemos que ser radical es una virtud, pero ser visceral es un vicio.

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